María Stma. de la Encarnación

"María contestó: -«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel"

San Lucas 1, 26-38

El rostro de María Santísima de la Encarnación fue realizado por el imaginero Sevilla, Javier Rojas Pouzols en el año (X). La representación de María, en este caso, responde al más puro arquetipo de Virgen Dolorosa de la imaginería sevillana, esto es: imagen de candelero, para vestir, talladas en madera la mascarilla y las manos, obra de Jesús Cepeda, con algunos postizos en la cabeza (lagrimas de cristal, pestañas y cabellos) y en actitud oferente, puesto que es la Virgen Madre que ofrece a su Hijo, por quien es precedida, tomando su advocación de Encarnación.

El rostro de la Virgen fue un regalo como muestra de amor y cariño de un hijo a su madre (2008). La familia, residente en el barrio de Fátima, decidió donarla a la Parroquia de Consolación de Osuna con el fin de rendir culto y pleitesía en la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario de Fátima en el año 2013.

La altura de la misma es de 170 cms. y no se muestra como una Virgen exageradamente llorosa, pues son sólo tres las lágrimas que surcan sus mejillas, dos en la derecha y una en la izquierda. Más bien es un rostro sereno y reflexivo, apenado pero no dramático, con el ceño levemente fruncido. Las cejas son finas y perfiladas y los ojos verdes, grandes y rasgados, con postizos en las pestañas.

El bello rostro es pequeño y ovalado, permitiendo de este modo que la boca sea pequeña y haciéndonos centrar nuestra atención en la misma, que parece entreabierta y muy perfilada, marcando las comisuras, como si estuviese tomando aire para respirar. Característico de la Virgen es su famoso «hoyuelo». Su perfil nos ofrece una barbilla pequeña y unos pómulos sonrosados. Se trata de un rostro de formas suaves, rasgo que procede de una técnica escultórica en la que predomina el modelado en la talla por lo que la dulzura y suavidad de sus rasgos fisonómicos son un hecho constatado.

Manos finas, con dedos alargados y separados. La policromía en general es suave y clara, con tonos rosados sólo en labios y mejillas.

En el año 2018 la imagen fue sometida a un proceso de limpieza, consolidación y restauración general para afianzar la estructura y busto de la imagen por quien tallaría sus manos, el imaginero sevillano Jesús Cepeda.

 

LA IMAGEN

En fotografías la imagen de María Santísima de la Encarnación.